26.4.08

Nakot


Hace ya algún tiempo, me llego la historia de un sueño hecho público, extraño y sorpréndete de parte de un familiar cercano mió.

Durante una noche de las que cuesta conciliar el sueño, sucedió q mis ojos entraron en la fase REM y las imágenes q en ellos se proyectaban quedaron marcadas en mi conciencia, a mi parecer de una forma aterradora.
Yo un simple trabajador de supermercado DIA, estaba haciendo mi trabajo mas habitual de reponedor en esa jungla de productos baratos, rodeado de marujas que no eran capaces de llegar a final de mes y muchos otros especimenes difíciles de describir.
Los pasillos con ondas turbulentas y colores psicodélicos no me sorprendían demasiado dentro de la normalidad, me dificultaban el trabajo a realizar pero no era el mayor de mis temores.
En la entrada del local, en el cual yo me encontraba en la parte mas alejada vivía mi horrible jefe, sentado en su sitio del cajero mientras cobraba a las pobres mujeres que luego se convertirían en su merienda, esas personas q sin ninguna alma se iban a que mi maldito superior les cobrara la compra, que habían adquirido de los estantes ondulantes y deformes, y se dirigían a su muerte como si de hombres sin alma y conciencia se tratara.
Aquel hombre era Nakot.
Su cabeza era donde residía su maldad, era una cabeza de pescado de forma atroz y repulsiva,
con agallas rojas dientes afilados y una boca todavía sucia de sangre de sus pobres victimas,
se reía a carcajadas detrás de la caja, sus extremidades superiores parecían humanas y se vestía con un delantal de cuero blanco gastado y maloliente todo ensangrentado con viseras humanas y de pescado.
Yo no sabia sobre sus extremidades inferiores ya q nunca se había levantado de la silla a la cual estaba aportergado.

Al terminar con su clientela y merienda, me grito con un chillido q desgarro las paredes estantes y pasillos de aquel local de alimentos en descuento.
Estaba totalmente acojonado de enfrentarme aquel horrible monstruo.
Mientras Nakot seguía llamándome desde la otra punta del local, y con calma y temor fui a su encuentro.
Casi no le podía mirar directamente a los ojos negros diluidos, brillantes, y con temor le pregunte:
-Que quieres?
-A ti, respondió el malevo monstruo

Me desperté de aquel sueño q se torno una horrible pesadilla, en mitad de la noche mi madre se levanto y vino a consolarme.
Eso noche todavía tenia 24 años



NOTA: Cualquier relación con la realidad es pura coincidencia

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